Los iceberg no son siempre blancos. De hecho en las regiones más frías del planeta llama la atención el azul intenso de algunos iceberg o de los témpanos que se desprenden de los glaciares. Contrasta pensar en la blanca nieve … sobre todo en la nieve reciente, donde la totalidad de su superficie refleja toda la luz solar que recibe, pero esta nieve “fresca” acumula en su interior gran cantidad de aire, burbujas que rellenan los huecos. Con el paso del tiempo esta nieve se apelmaza y se convierte en hielo. Si pasa más tiempo y se dan las condiciones adecuadas, este hielo se vuelve duro, denso y, seguramente, “profundo” (nuevas capas de nieve que lo entierran), de modo que tan solo los fotones más energéticos (los “azules”) son capaz de penetrar hasta este “hielo viejo” que se ve azul.

En nuestra portada encontramos un iceberg de azul intenso en el lago terminal del glaciar más grande de Nueva Zelanda, el GLACIAR TASMAN. En este caso el hielo es tan azul ya que el iceberg al desprenderse del glaciar ha debido de darse la vuelta, y es que en la “cama” del glaciar se dan esas condiciones de enorme presión que elimina las burbujas de aire y aporta ese tono azul “viejo” ;-), como además en el iceberg se descubren algunas rocas esto nos hace pensar que efectivamente en algún momento anterior ha estado en la base del glaciar.

La composición del agua, la presencia de actividad volcánica, las características geológicas y la composición química del lecho del glaciar también puede aportar distintas coloraciones a los iceberg.

La foto ha sido realizada por Aoraki Mount Cook Alpine Village y aquí la mostramos completa.

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