En nuestro país (España) el mes de julio de 2015 seguramente pasará a la historia meteorológica como uno de los más cálidos desde que tenemos registros con sucesivas olas de calor que han generado registros récord y que disparan la media a cotas seguramente sorprendentes (en unos días tendremos los datos «oficiales» e intentaremos plasmarlos en este blog) … pero … si hablamos de calor … ¿qué tal si viajamos a Irán? (quizás buscando un «consuelo» a nuestros sudores). Esta entrada podemos casi considerarla una traducción de un articulo del Whasintong Post, escrito por Jason Samenow publicado el 30 de julio 2015, pero con la «manía» americana (totalmente respetable) de usar sus grados Fahrenheit, UFFF es casi obligado traducir los Fahrenheit a Centígrados para «temblar» lo justo (ese «temblar» está muy lejos del «tiritar» por bajas temperaturas) ;-). Pero, antes de entrar en los DATOS REALES, vamos a hacer un pequeño inciso sobre el «INDICE DE CALOR», «SENSACIÓN TÉRMICA» o «TEMPERATURA APARENTE». A nadie se le escapa que la temperatura es una magnitud física perfectamente medible (un buen termómetro y tendremos un valor o un dato muy exacto), pero que en determinadas situaciones esta magnitud no refleja la temperatura «que siente nuestro cuerpo». La presencia de un viento de cierta magnitud o dirección o de una humedad relativa determinada hace que la fiable temperatura de nuestro termómetro no se ajuste para nada a nuestra sensación de calor o de frío (en verano vientos recalentados que nos llegan desde el interior a una zona de costa, los «terrales», disparan los termómetros pero bajan la humedad y a veces resultan más soportables que unos vientos de componente marítima que chocan con una masa muy caliente en tierra suavizando el registro del termómetros pero aportando una enorme sensación de «bochorno», mientras un viento intenso en invierno hace que nuestro cuerpo pierda mucho calor). Vamos que el calor o el frío en relativo y casi personal. Para normalizar estas «sensaciones» se han creado estos incides que señalamos al principio del párrafo, todos utilizan la temperatura como dato fundamental y le aplican una «corrección» generada por una segunda magnitud, que puede ser la HUMEDAD RELATIVA, la INTENSIDAD DEL VIENTO o el PUNTO DE ROCÍO (esta última es una magnitud quizás más «rebuscada», la temperatura a la que empieza a condensarse el vapor de agua contenida en el aire, pero es útil). Así aplicando una seria de correcciones se obtienen unas tablas que nos proporcionan esa «temperatura aparente». Estos índices no se calculan para todos los posibles valores de estas variables, tiene un «rango de validez» (por ejemplo humedad entre 40-100{5dacf101da424f54c5b8c27db069d9af33725f8612dbcd7da91072400e5c19fb} asociado a temperaturas entre 25º y 42º) fuera del cual las formulas aplicadas dan un sinsentido meteorológico. Y ahora sí que nos metemos con los datos puros y duros. El 30 de julio de 2015 en la ciudad iraní de BANDAR MAHSHAHR se registró una temperatura de 43ªC, mientras que el punto de rocío se situaba en 32ª, lo que daba una temperatura aparente de 70,5º (utilizando la «calculadora de la NOAA«). Parece ser que hasta ahora la temperatura aparente más elevada se había registrado en DHARHAN (Arabia Saudí, también a orillas del Golfo Pérsico) el 8 de Julio de 2003, con 42,2ªC y un punto de rocío de 35º, lo que aportaba un indice de calor situado entre 68º y 71º (datos aportados por Christopher Burt en su libro «Extreme Weather»). ¿Por qué esos «aparentes» 70,5ªC? Fundamentalmente porque una ola de calor engulló el Medio Oriente durante los últimos días de julio del 2015, jugando un enorme papel la situación geográfica de Bandar Mahshahr a orillas del Golfo Pérsico.

Ola de Calor en Oriente Medio (30/7/2015).

Ola de Calor en Oriente Medio (30/7/2015).